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jueves, 7 de noviembre de 2013

Cuento Clásico "EL ENEBRO"

El Enebro

Un cuento de los hermanos Grimm


Hace ya mucho, mucho tiempo, como unos dos mil años, vivía un hombre millonario que tenía una mujer tan bella como piadosa. Se amaban tiernamente, pero no tenían hijos, a pesar de lo mucho que los deseaban; la esposa los pedía al cielo día y noche; pero no venía ninguno. Frente a su casa, en un patio, crecía un enebro, y un día de invierno en que la mujer se encontraba debajo de él pelando una manzana, se cortó en un dedo y la sangre cayó en la nieve. 

- ¡Ay! - exclamó con un profundo suspiro, y, al mirar la sangre, le entró una gran melancolía: "¡Si tuviese un hijo rojo como la sangre y blanco como la nieve!," y, al decir estas palabras, sintió de pronto en su interior una extraña alegría; tuvo el presentimiento de que iba a ocurrir algo inesperado. 
Entró en su casa, pasó un mes y se descongeló la nieve; a los dos meses, todo estaba verde, y las flores brotaron del suelo; a los cuatro, todos los árboles eran un revoltijo de nuevas ramas verdes. Cantaban los pajaritos, y sus trinos resonaban en todo el bosque, y las flores habían caído de los árboles al terminar el quinto mes; y la mujer no se cansaba de pasarse horas y horas bajo el enebro, que tan bien olía. El corazón le saltaba de gozo, cayó de rodillas y no cabía en sí de regocijo. Y cuando ya hubo transcurrido el sexto mes, y los frutos estaban ya abultados y jugosos, sintió en su alma una gran placidez y quietud. Al llegar el séptimo mes comió muchas bayas de enebro, y enfermó y sintió una profunda tristeza. Pasó luego el octavo mes, llamó a su marido y, llorando, le dijo: 
- Si muero, entiérrame bajo el enebro. 
Y, de repente, se sintió consolada y contenta, y de este modo transcurrió el mes noveno. Dio entonces a luz un niño blanco como la nieve y colorado como la sangre, y, al verlo, fue tal su alegría, que murió. 
Su esposo la enterró bajo el enebro, y no terminaba de llorar; al cabo de algún tiempo, sus lágrimas empezaron a manar menos copiosamente, al fin se secaron, y el hombre tomó otra mujer. 
Con su segunda esposa tuvo una hija, y ya dijimos que del primer matrimonio le había quedado un niño rojo como la sangre y blanco como la nieve. Al ver la mujer a su hija, quedó prendada de ella; pero cuando miraba al pequeño, los celos le oprimía el corazón; le parecía que era un estorbo continuo, y no pensaba sino en tratar que toda la fortuna quedase para su hija. El demonio le inspiró un odio profundo hacia el niño; empezó a mandarlo de un rincón a otro, tratándolo a empujones y codazos, por lo que el pobre pequeñito vivía en constante sobresalto. Cuando volvía de la escuela, no había un momento de reposo para él. 


Un día en que la mujer estaba en el piso de arriba, acudió su hijita y le dijo: 
- ¡Mamá, dame una manzana! 
- Sí, hija mía - asintió la madre, y le ofreció una muy hermosa que sacó del arca. Pero aquella arca tenía una tapa muy grande y pesada, con una cerradura de hierro ancha y cortante. 
- Mamá - prosiguió la niña -, ¿no podrías darle también una al hermanito? 
La mujer hizo un gesto de mal humor, pero respondió: 
- Sí, cuando vuelva de la escuela. 
Y he aquí que cuando lo vio venir desde la ventana, como si en aquel mismo momento hubiese entrado en su alma el demonio, quitando a la niña la manzana que le diera, le dijo: 
- ¡No vas a tenerla tú antes que tu hermano! 
Y volviendo el fruto al arca, la cerró. Al llegar el niño a la puerta, el maligno le inspiró que lo acogiese cariñosamente: 
- Hijo mío, ¿te apetecería una manzana? - preguntó al pequeño, mirándolo con ojos coléricos. 
- Mamá - respondió el niño, - ¡pones una cara que me asusta! ¡Sí, quiero una manzana! 
Y la voz interior del demonio le hizo decir: 
- Ven conmigo - y, levantando la tapa de la caja: - agárralo tú mismo. 
Y al inclinarse el pequeño, volvió a tentarla el diablo. De un golpe brusco cerró el arca con tanta violencia, que cortó en redondo la cabeza del niño, la cual cayó entre las manzanas. En el mismo instante sintió la mujer una gran angustia y pensó: "¡Ojalá no lo hubiese hecho!." Bajó a su habitación y sacó de la cómoda un paño blanco; colocó nuevamente la cabeza sobre el cuello, le ató el paño a modo de bufanda, de manera que no se notara la herida, y sentó al niño muerto en una silla delante de la puerta, con una manzana en la mano. 
Mas tarde, Marlenita entró en la cocina, en busca de su madre. Ésta estaba junto al fuego y agitaba el agua hirviendo que tenía en un puchero. 
- Mamá - dijo la niña, - el hermanito está sentado delante de la puerta; está todo blanco y tiene una manzana en la mano. Le he pedido que me la dé, pero no me responde. ¡Me ha dado mucho miedo! 
- Vuelve – le dijo la madre, - y si tampoco te contesta, le pegas un coscorrón. 
Y salió Marlenita y dijo: 
- ¡Hermano, dame la manzana! - Pero al seguir, él callado, la niña le pegó un golpe en la cabeza, la cual, se desprendió, y cayó al suelo. La chiquita se asustó terriblemente y rompió a llorar y gritar. Corrió al lado de su madre y exclamó: 
- ¡Ay mamá! ¡He cortado la cabeza a mi hermano! - y lloraba desconsoladamente. 
- ¡Marlenita! - exclamó la madre. - ¿Qué has hecho? Pero cállate, que nadie lo sepa. Como esto ya no tiene remedio, lo cocinaremos en estofado. 
Y, tomando el cuerpo del niño, lo cortó a pedazos, lo echó en la olla y lo coció. Mientras, Marlenita no hacía sino llorar y más llorar, y tantas lágrimas cayeron al puchero, que no hubo necesidad de echarle sal. Al llegar el padre a casa, se sentó a la mesa y preguntó: 
- ¿Dónde está mi hijo? 
Su mujer le sirvió una gran fuente, muy grande, de carne con salsa negra, mientras Marlenita seguía llorando sin poder contenerse. Repitió el hombre: 
- ¿Dónde está mi hijo? 
- ¡Ay! - dijo la mujer -, se ha marchado a casa de los parientes de su madre; quiere pasar una temporada con ellos. 
- ¿Y qué va a hacer allí? Por lo menos podría haberse despedido de mí. 
- ¡Estaba tan impaciente! Me pidió que lo dejase quedarse allí seis semanas. Lo cuidarán bien; está en buenas manos. 
- ¡Ay! - exclamó el padre. - Esto me disgusta mucho. Ha obrado mal; siquiera podía haberme dicho adiós. 
Y empezó a comer; dirigiéndose a la niña, dijo: 
- Marlenita, ¿por qué lloras? Ya volverá tu hermano. ¡Mujer! - prosiguió, - ¡qué buena está hoy la comida! Sírveme más. 


Y cuanto más comía, más deliciosa la encontraba. 
- Ponme más - insistía, - no quiero que quede nada; me parece como si todo esto fuese mío.
Y seguía comiendo, tirando los huesos debajo de la mesa, hasta que ya no quedó ni pizca. 
Pero Marlenita, yendo a su cómoda, sacó del cajón inferior su pañuelo de seda más bonito, envolvió en él los huesos que recogió de debajo de la mesa y se los llevó fuera, llorando lágrimas de sangre. Los depositó allí entre la hierba, debajo del enebro, y cuando lo hizo todo, sintió de pronto un gran alivio y dejó de llorar. Entonces el enebro empezó a moverse, y sus ramas a juntarse y separarse como cuando una persona, sintiéndose contenta de corazón, junta las manos dando palmadas. Se formó una especie de niebla que rodeó el arbolito, y en el medio de la niebla apareció de pronto una llama, de la cual salió volando un hermoso pajarito, que se elevó en el aire a gran altura, cantando melodiosamente. Y cuando había desaparecido, el enebro volvió a quedarse como antes; pero el paño con los huesos se había esfumado. Marlenita sintió en su alma una paz y gran alegría, como si su hermanito viviese aún. Entró nuevamente en la casa, se sentó a la mesa y comió su comida. 
Pero el pájaro siguió volando, hasta llegar a la casa de un orfebre, donde se detuvo y se puso a cantar: 
"Mi madre me mató, 
mi padre me comió, 
y mi buena hermanita 
mis huesecitos guardó, 
Los guardó en un pañito 
de seda, ¡muy bonito!, 
y al pie del enebro los enterró. 
Kivit, kivit, ¡qué lindo pajarito soy yo!." 
El orfebre estaba en su taller haciendo una cadena de oro, y al oír el canto del pájaro que se había posado en su tejado, le pareció que nunca había oído nada tan hermoso. Se levantó, y al pasar el dintel de la puerta, se le salió una zapatilla, y, así, tuvo que seguir hasta el medio de la calle descalzo de un pie, con el delantal puesto, en una mano la cadena de oro, y la tenaza en la otra; y el sol inundaba la calle con sus brillantes rayos. Levantando la cabeza, el orfebre miró al pajarito: 
- ¡Qué bien cantas! - le dijo -. ¡Repite tu canción! 
- No - contestó el pájaro; - si no me pagan, no la vuelvo a cantar. Dame tu cadena y volveré a cantar. 
- Ahí tienes la cadena - dijo el orfebre -. Repite la canción. 
Bajó volando el pájaro, cogió con la patita derecha la cadena y, posándose enfrente del orfebre, cantó: 
"Mi madre me mató, 
mi padre me comió, 
y mí buena hermanita 
mis huesecitos guardó. 
Los guardó en un pañito 
de seda, ¡muy bonito!, 
y al pie del enebro los enterró. 
Kivit, kivit, ¡qué lindo pajarito soy yo!." 
Voló la avecilla a la tienda del zapatero y, posándose en el tejado, volvió a cantar: 
"Mi madre me mató, 
mi padre me comió, 
y mi buena hermanita 
mis huesecitos guardó. 
Los guardó en un pañito 
de seda, ¡muy bonito!, 
y al pie del enebro los enterró. 
Kivit, kivit, ¡qué lindo pajarito soy yo!."

La Espia de la Primera Guerra Mundial

La Agente H-21 (Mata Hari)

Había estallado la Primera Guerra Mundial cuando Mata Hari se encontraba en Berlín donde en aquel tiempo era amante del jefe de policía de la capital alemana. Poco tiempo después inició una nueva relación, esta vez con el cónsul alemán en Amsterdam y jefe del espionaje de su país. Fue este cónsul, Kraemer, quien introdujo a Mata Hari en el mundo del espionaje internacional bajo el nombre de Agente H-21.
A cambio de grandes sumas de dinero, Mata Hari aceptó recabar información militar de Francia. Pero estando en París, contactó con el jefe del Servicio de Espionaje y Contraespionaje Francés, el capitán Ladoux convirtiéndose en ese momento en una agente doble.

Mata Hari nunca tuvo miedo de las consecuencias de trabajar para ambos bandos. Su orgullo y quizás un punto de inconsciencia la llevó a pensar que sus amigos y amantes de las altas esferas nunca dejarían que le pasara nada. Pero no fue así.

Cuando Francia empezó a sospechar de su doble actividad le puso una trampa en la que Mata Hari cayó de pleno. Cuando la división francesa de contraespionaje consiguió descubrir que Mata Hari y el Agente H-21 eran la misma persona procedieron a su detención en una de sus estancias en París. Tras un juicio más que dudoso de un tribunal militar, los días 24 y 25 de julio de 1917, fue condenada a muerte.

Historia


Tras un fallido intento de convertirse en modelo de moda, Margaretha utilizó su ascendente oriental y se inventó a Mata Hari. Desde presentarse como una princesa proveniente de Java a ser hija de una “gloriosa bayadera del templo de Kanda Swandi" y todo tipo de historias fascinantes fueron la carta de presentación de Mata Hari, cuyo significado era la Pupila de la Aurora. Pero lo cierto fue que sus espectáculos se llenaban gracias a sus bailes con escasez de ropa y consiguió mantener un alto nivel de vida al ejercer como cortesana de lujo.

Muerte y leyenda

La ejecución de Mata Hari está envuelta de datos no corroborados. Entre ellos que no aceptó taparse los ojos con una venda o que saludó al pelotón con un beso de despedida. Lo cierto fue que cuatro de las 12 balas alcanzaron su cuerpo, una de ellas en su corazón. Murió en el acto. Era el 15 de octubre de 1917.
Su cuerpo, que no fue reclamado por nadie, fue utilizado por los estudiantes de medicina, algo que se hacía normalmente con los ajusticiados. Sólo se salvó su cabeza, que fue embalsamada y expuesta en el Museo de Criminales de Francia hasta 1958, cuando alguien la robó para no ser devuelta jamás.

Chivo expiatorio, espía inocente, bailarina culpable, lo cierto es que Mata Hari arriesgó su vida sin ser demasiado consciente de ello. Su muerte, sin embargo, dio paso al mito de una de las mujeres más enigmáticas de principios del siglo XX. Un enigma que ella misma se encargó de extender.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Monstruo Japones: Nuppeppō


En el folklore japonés del Nuppeppō ( ぬっぺっぽう? ) (también conocido como Nuppefuhō ) es un yokai que es sin género y se estima que hasta 1,5 m de altura. Se ha descrito que tienen una apariencia flácida y su aparición está acompañada de un penetrante olor corporal .Aparece como una masa de carne con un toque de un rostro entre los pliegues de grasa. También se describe como tener los dedos de manos y pies que están vagamente definidos grumos.El Nuppefuhofu goza de largas caminas sin rumbo por la noche, y le fascina asustar a la gente en la calle.

El Nuppeppō es pasiva y no agresiva. El olor corporal se dice para rivalizar con ese olor a carne podrida . Otras teorías afirman que el Nuppeppō es en realidad la carne en descomposición. Hay un rumor que indica que los que comen la carne de un Nuppeppō tendrán la eterna juventud .

El Nuppeppō deambula sin rumbo calles desiertas de aldeas, pueblos y ciudades, a menudo en la noche hacia el final del año, o cementerios y templos abandonados. Normalmente es solitaria, pero hay avistamientos de ellos en grupos. Los dedos de manos y pies pueden ser atribuidas como funciones en medio del pliegue de la piel. 

  • Esta criatura aparece en el juego de Wii Oboro Muramasa Youtoude
  • En el PS2/Wii juego Ōkami , dentro de un barco fantasma hundido, hay una criatura que se asemeja a un Nuppeppo.

Monstruo Japones: Umibōzu el monje marino

Umibōzu (海坊主? "Monje marino") 


Es un espíritu en el folklore japonés. Se dice que vive en el océano y hace zozobrar la nave de cualquier persona que se atreva a hablar con él. El nombre de este espíritu, que combina el carácter de "mar", con el carácter de "monje budista" está posiblemente relacionado con el hecho de que se dice que el Umibōzu tiene una cabeza grande y redonda, semejante a las cabezas rapadas de los monjes budistas. Alternativamente, son enormes Yōkai que se les aparecen a los náufragos y pescadores. Se cree que son los espíritus de los sacerdotes ahogados, exhiben su cabeza afeitada y por lo general parecen estar rezando. Se dice que tiene un color gris, un torso formado por nubes y las extremidades serpentinas. Según una historia, si los enfurecen, piden a las tripulaciones le proporcionen un barril que se procede a llenar con agua de mar para ahogarlos. Para evitar este destino desastroso, es necesario darle un barril sin fondo.


Este cuento está probablemente relacionado con otra tradición japonesa, que dice que las almas de las personas que no tienen a nadie para cuidar de sus tumbas se refugian en el mar.
El Umi bozu es un yōkai muy conocido, a quien también se reconoce en la cultura japonesa moderna.
En el manga de Shigeru Mizuk, Gegege no Kitar cuenta con un Umibozu en su elenco.
Un cuento popular sobre un Umibozu se cuenta en el segundo arco de la historia del anime Mononoke, una secuela de Ayakashi: Cuentos Samurai de Horror, que combina cuentos populares, obras Kabuki y versiones animadas de las impresiones en madera del siglo 19 para volver a contar historias clásicas de fantasmas.

  • En el manga y anime One Piece, cuando la tripulación está navegando fuera del Triángulo de Florian, al final del arco de "Thriller Bark" (volumen 50, capítulo 490), una sombra gigante y misteriosa con ojos aparece en la niebla. Esto es considerado por muchos como un Umibozu. Otro personaje llamado "Wadatsumi" se parece a un Umibozu. Wadatsumi es apodado "Gran monje" y fue  confundido con un Umibsopp.
  • La mascota de Itsuki, "Uraotoko", en la serie Yu Yu Hakusho tiene un parecido sorprendente con el Umi Bozu. 
  • El manga de Hideaki Sorachi y la adaptación al anime Gin Tama cuenta con un Umi Bozu en su elenco. Aunque la única característica similar a la del yōkai es la cabeza calva y redonda. 
  • El Umibozu (escrito como "Umi Bozu") es el Monster in My Pocket numero #118. 
  • El Umibozu también es un monstruo del día en la serie de Super Sentai, Ninja Sentai Kakuranger y también aparece como Hog Hydro en la temporada 3 de Mighty Morphin Power Rangers en el episodio 10 del arco Mighty Morphin Alien Rangers. 
  • En Pathfinder Bestiary 3, el "Monje de Mar" es una criatura generado a partir de "la desesperación y el horror combinados de morir en el mar, como cuando un barco se hunde y toda la tripulación se ahoga". Tiene una reputación infame por volcar y hundir barcos. 
  • Es el nombre de una unidad de fuerzas especiales en Ghost in the Shell: Stand Alone Complex
  • En Love★Com es el nombre de un músico que le gusta a dos de los personajes principales. 
  • La serie shōjo Akazukin Chacha cuenta con un Umibozu en su tercer episodio. 



Monstruo Japones: Suiko el Tigre de agua



El suiko 
El suiko es un youkai (espectro o demonio) cuyo nombre significa literalmente "tigre de agua". Originalmente en Japón existía algo similar pero no reamente importante. Este monstruo es inicialmente una leyenda china. Cuando las historias de suiko llegan a Japón, este es confundido con los kappa, que son unas criaturas de la mitología japonesa, que se
De modo que en Japón, tanto el suiko como el kappa son demonios muy parecidos en la imaginación de la gente. Tanto que puede que se considere al suiko como una especie de kappa. En algunas regiones puede incluso suceder que  kappa y suiko sean usados como sinónimos. Se dice que el suiko habita en los ríos, lagos y mares, al igual que el kappa, por ejemplo. Sin embargo, el cuerpo del suiko es más largo. Aparte de eso, se dice que el suiko es más feroz, más terrible, al grado de arrebatar la vida de las personas. 

Se caracterizan por ser excelentes nadadores. A partir de este momento es que surge la imagen del suiko en la mente del pueblo japonés.
En la prefectura de Aomori se dice que cuando varios niños se quedan a jugar tarde en el agua, el suiko puede sumergirlos y arrancarles la vida. En la prefectura de Nagasaki se cuenta que esta criatura, una vez al año, arrastra a un ser humano dentro del agua para poder succionar su sangre, y posteriormente, regresa para devorar su espíritu. Otras historias referentes a este demonio también existen en los alrededores del lago Biwako en la prefectura de Shiga, así como en los alrededores del rio Chikugo, en la parte que se encuentra en kyushu. En estos últimos sitios se dice que a veces cuando ya es muy noche, el suiko suele hacer travesuras o tocar en las puertas de las casas cercanas al agua.

Además de merodear en la noche y hacer de las suyas, el Suiko tiene el poder de poseer a la gente. Aquellos que son poseídos por un Suiko alcanzan a un estado temporal de locura, pero se recuperan rápidamente después de que la criatura se retira. 

Por lo menos una vez al año, el Suiko arrastra una víctima humana al agua, chupa su sangre, y devuelve el cuerpo a la orilla. Es mejor no hacer un funeral de la víctima de un Suiko. En cambio, el cuerpo debe quedar en un tablón de madera dentro de una pequeña choza con techo de paja en un campo. Si se realiza correctamente, este curso de acción hace que la carne de la víctima del Suikose pudra lentamente hasta que muere. 

  • En pokemon se cree que "suicune" hace referencia a este monstruo mitológico.
  • En el anime Naruto episodio# 216  un personaje posee el nombre de "suicune" .

La cruel conquistadora


Inés de Suárez (1507-1580)

Inés de Suárez pasó a la historia no sólo por ser una de las fundadoras de Santiago de Chile junto al conquistador Pedro Valdivia, sino por haber protagonizado uno de los actos más crueles de la batalla por los territorios americanos. Ante la lucha encarnizada con los pueblos indígenas que ocupaban la actual Chile, Inés de Suárez no dudó en decapitar a sus siete caciques presos para atemorizar y amedrentar al enemigo. Inés mantuvo una relación extramatrimonial y escandalosa en aquella época piadosa con Valdivia pero terminó sus días como la devota esposa de Rodrigo de Quiroga y realizando obras de caridad. 

La costurera

Inés de Suarez nació en la ciudad extremeña de Plasencia en el año 1507 donde fue criada por su madre y su abuelo, un artesano ebanista, dado que su padre hacía tiempo que sufría una dolencia estomacal que lo mantenía postrado. De su período infantil poco se conoce de ella, salvo que aprendió de su madre el oficio de costurera. 
En 1526, sin haber cumplido los veinte años, Inés se casaba por primera vez con Juan de Málaga, un aventurero enfrascado en la conquista de América. Al poco tiempo de haber contraído matrimonio, su esposo partió rumbó al nuevo continente donde permaneció casi diez años. Mientras tanto, Inés tuvo que esperar pacientemente hasta que en 1537 consiguió una licencia real para viajar a América en busca de su marido. Lo que encontró Inés fue la triste noticia de su fallecimiento en la Batalla de las Salinas, un conflicto que enfrentó a los conquistadores Pizarro y Almagro por la ciudad de Cuzco.

La amante

La joven se encontró entonces viuda, en una tierra desconocida y con unas tierras en Cuzco recibidas como compensación al fallecimiento de su esposo. Fue en su nuevo hogar donde Inés conocería a Pedro de Valdivia, un aventurero como su marido con el que entabló una relación tan estrecha que terminaron convirtiéndose en amantes, mientras la esposa de Valdivia, Marina Ortiz de Gaete, esperaba pacientemente en el otro lado del océano como Inés hiciera unos años antes. 
Cuando a finales del año 1539 Pedro de Valdivia inició su expedición a Chile, Inés no dudó en acompañarlo previa autorización del explorador Francisco Pizarro. Inés viajaría como sirvienta de Pedro para no escandalizar a la iglesia. Desde el primer momento Inés se ganó el respeto y la estima de los miembros de la expedición.

La conquistadora

La principal ocupación de Inés durante las refriegas y enfrentamientos con los caciques locales fue la de asistir a los heridos y a las tropas. Pero Inés no se quedó en la retaguardia sino que decidió intervenir cuando la situación parecía desesperada. La joven planteó a los conquistadores españoles decapitar a los siete caciques que habían conseguido capturar y lanzar sus cabezas a los enemigos para amedrentar sus ánimos. A pesar de que los hombres al mando se negaron pensando que podrían utilizarlos como moneda de cambio, ella no lo dudó y ejecutó su plan con sus propias manos. La terrible decisión tuvo el efecto deseado.
Inés y Pedro de Valdivia mantuvieron una relación que se alargó más de diez años. Aun así, ni la iglesia ni el virrey aceptaron aquella situación y obligaron a Pedro a traer a su esposa y a casar a su amante con algún hombre de su confianza. 

La esposa devota

El elegido fue Rodrigo de Quiroga, uno de sus mejores capitanes, con el que terminaría sus días. 
La vida de Inés, quien no pudo tener hijos, se tornó entonces en una existencia tranquila dedicada a las obras de piedad. Las más destacadas fueron su contribución a la construcción del templo de la Merced y la ermita de Montserrat en Santiago de Chile, ciudad en la que murió en el año 1580.

Técnicas de actuación de Stanislavsky

El carácter del objetivo


Stanislavski le enseñó a los actores a enfocarse en lo que sus personajes más deseaban alcanzar -sus objetivos específicos- en cada momento a lo largo de la obra. Cada escena se divide en "golpes" o "unidades". El objetivo general de la obra, por ejemplo, podría ser que un personaje gane el amor de la joven, mientras que el objetivo de un golpe en una escena podría ser la de conseguir un beso de la chica.

Memoria emotiva
Stanislavski creía que todos los actores tenían dentro de ellos las cualidades emocionales necesarias para reproducir cualquier personaje, pero todos los actores no necesariamente compartían las mismas experiencias emocionales y cualidades. Dos actores que interpretan el personaje de Hamlet, por ejemplo, se basan en diferentes experiencias personales y emocionales de sus propias vidas que ellos sienten que están relacionadas con el personaje y, por lo tanto, ofrecen dos versiones muy diferentes del personaje en sus actuaciones por separado. La "memoria emocional" es una herramienta que un actor utiliza para aprovechar lo que está disponible para él emocionalmente. Los actores recurren a sus recuerdos emocionales al revivir la experiencia de un evento importante de su pasado o por medio de la exposición de su "memoria sensorial" a los olores, los sonidos o las imágenes que desencadenan una conexión emocional con los sentimientos que siente de manera similar el personaje en la obra



Verdad en la actuación
La actuación tenía que ser convincente para el público y, como tal, raramente correspondía al comportamiento mundano común en la vida cotidiana. El poder, la urgencia y la intensificación de las "estacas" de las circunstancias de un personaje de ficción deben realizarse, lo que lleva al actor a una caracterización convincente.

Diego en mis pensamientos (by Frida Kahlo)

Porqué los amores intensos no se olvidan.

Este cuadro también se conoce como “Diego en mis pensamientos” y “Pensando en Diego”. El marido de Frida Kahlo, Diego Rivera quien  frecuentemente le era infiel crea en ella una demencia por poseerlo  la cual de se ve plasmada perfectamente en esta pintura. El retrato miniatura de Diego en su frente indica el amor obsesivo de Frida por su querido “Sapo”.
Ella tan voluble de él y tan loca de amor que a pesar de sus errores lo seguía amando día y noche, noche y día...ella no podría dejarlo atrás y él se encontraría eternamente en sus pensamientos es por eso la alusión que hace al pintarlo en su frente.
Su vestimenta de Tehuana es de las más queridas de Diego, como ella ya lo sabía, se pinta asimisma con esta ropa para llamar la atención de él en un intento de tenerlo a su lado nuevamente. La hoja que lleva en su negro cabello simula una telaraña en la cual busca atrapar a su eterno amor Diego Rivera.


El cuadro fue empezado después de su divorcio en Agosto de 1940...



"Unos cuantos piquetitos" de Frida Kahlo

"Unos cuantos piquetitos" de Frida Kahlo



Con el corazón roto por la aventura de su esposo con su hermana menor, Cristina, Frida reflejó su dolor en esta pintura. Su dolor era tan profundo que, incapaz de pintarlo en primera persona, lo proyecto en desgracia de otra mujer. Un periódico publicó la noticia una noticia acerca de una mujer asesinada por celo, y dio a la artista el sujeto ideal para su trabajo. El asesino se defendió delante del juez diciendo: "Pero sólo fueron unos cuantos piquetitos"
Este hecho violento es una referencia simbólica al estado mental de Frida y sus propias heridas emocionales, Kahlo le confió a una amiga que simpatizaba con la mujer muerta ya que ella misma se sentía "asesinada por la vida"...
una referencia a la aventura amor osa entre Diego y Cristina que duró un año.





La condesa sangrienta


Elizabeth Báthory (1560-1614)

En las oscuras tierras de Transilvania, los cuentos y leyendas de terror acerca de vampiros y hombres lobo se entrecruzan con la horrible existencia real de hombres y mujeres que pasaron a formar parte de la triste historia de los asesinos en serie. Una de ellas, una condesa de alta cuna, conocida con el sobrenombre de “la condesa sangrienta”, ostenta un terrible récord de asesinatos, más de 650, en una macabra búsqueda de la belleza. No en vano, se la considera la peor depredadora que haya tenido la historia del crimen...

Esposa del Héroe Negro, amante del Vampiro

En 1575, cuando Elizabeth era una joven de 15 años de edad, se casó con el conde Ferecz Nádasdy, de 20. La pareja se trasladó a vivir al solitario castillo de Csejthe donde Elizabeth quedó prácticamente recluida. Ferecz era un soldado que pasaba largas temporadas en las constantes guerras que asolaban el país. Sus prácticas crueles con sus enemigos le valieron el apodo de “El héroe negro”.  
La existencia de la condesa se hizo tediosa y solitaria. Sin poder salir de su castillo por orden expresa de su marido, Elizabeth empezó a intentar escaparse por diversión, hecho que consiguió en varias ocasiones en las que vivió alguna que otra aventura, entre ellas, una fugaz con un excéntrico joven conocido como “el vampiro” por su extraño aspecto y vestimentas.

Tras los muros de su castillo, la condesa se rodeó de extraños sirvientes con los que practicó experimentos brujeriles y relacionados con la alquimia. Entre ellos, una bruja llamada Dorkó y su antigua nodriza, Jó Ilona, quien empezó a aconsejar a su señora el uso de la sangre para evitar los efectos del paso del tiempo. En aquel tiempo, Elizabeth ya empezó a martirizar a sus sirvientas con los más retorcidos métodos como cubrirlas de miel y dejarlas en medio de un jardín para deleite de los insectos o dejarlas en el frío invierno fuera mientras las congelaba con gélidos cubos de agua hasta convertirlas en auténticas estatuas de hielo. En sus castillos transilvanos de Csejthe y Varannó, la Báthory tuvo todo el tiempo y la soledad del mundo para desarrollar sus aficiones hasta un grado de sofisticación sádica escalofriante.
Pasaron más de 10 años de matrimonio hasta que la condesa se convirtió en madre por primera vez de una niña llamada Anna. Tras ella vendrían Úrsula, Catalina y Pablo. A pesar de que la maternidad la alejó de sus extrañas actividades, una obsesión rondaba su cabeza desde hacía tiempo. El inefable paso del tiempo, el envejecimiento de su cuerpo, empezaban a preocupar a Elizabeth de un modo que terminaría convirtiéndose en enfermizo.

El baño de sangre 

La muerte de su esposo el 4 de enero de 1604 radicalizó las actuaciones crueles de la condesa. Viuda, se dio al vicio de enamorarse de sí misma.
La locura y sadismo de Elizabeth se desencadenó cuando una de sus desdichadas sirvientas le dio un desafortunado tirón de pelos mientras la peinaba. La bofetada que le propinó su señora le provocó una herida. La sangre le salpicó a Elizabeth en la mano quien fue pronto presa de la excitación al creer que la zona de la piel manchada se hizo más tersa y blanca. A la mente de Elizabeth volvieron las tétricas palabras de su nodriza y no dudó en desangrar a la torpe sirvienta y prepararse una bañera con su sangre en la que se sumergió. Ese sería el primero de una larga lista de asesinatos para abastecerse de la sangre suficiente que le daría la eterna juventud. En su paranoica locura no se conformó pues, para no frotarse con toallas que disminuyeran el efecto de la sangre, obligaba a otras sirvientas a lamerle el cuerpo. A estas más les valía no mostrar rechazo ni repugnancia pues el castigo sería peor. Torturarlas hasta la muerte fue una práctica que no dudó en llegar a cabo la condesa.


En aquella espiral de muerte y depravación, Elizabeth Báthory se hizo con una serie de artilugios como un terrible sarcófago conocido como la Dama de Hierro en el que introducía a sus víctimas que sufrían el pinchazo de los múltiples clavos que recubrían su interior.

Durante más de 10 años, los campesinos del lugar veían el carruaje de la condesa deambular por sus tierras en busca de pobres muchachas engañadas con la promesa de una vida mejor a la dura existencia del campo. Y las que se negaban, eran drogadas y obligadas a la fuerza a acompañar a Elizabeth a un castillo del que a buen seguro nunca más saldrían con vida. La gran cantidad de cadáveres fueron primero enterrados con cuidado en las inmediaciones de la fortaleza pero al final, la Báthory y sus cómplices no tuvieron reparo en dejarlos en los campos sin ningún problema. A pesar de que la población cercana empezó a sospechar de la desaparición constante de muchas de sus hijas, la alta cuna de la que provenía la condesa hizo que ésta pudiera continuar con sus prácticas asesinas de manera impune.

Un error de cálculo

Pero las jóvenes muchachas se fueron terminando y la sed de sangre de Elizabeth la llevó a cometer un grave error. No dudó, desesperada por conseguir líquido para sus baños y víctimas para sus sangrientas prácticas, recurrir a chicas de la aristocracia. El rey Matías no pudo ya hacer oídos sordos a las historias dramáticas que llegaban de su pariente.
Hombres del rey, dirigidos por el palatino Thurzó, decidieron investigar el caso. Cuando atravesaron los muros de Csejthe se encontraron un horrendo espectáculo de cadáveres torturados, sangre derramada y a la propia condesa disfrutando de uno de sus depravados baños.

La sentencia hecha pública el 17 de abril de 1611 condenaba a Elizabeth Báthory a ser recluida de por vida. No corrieron la misma suerte sus cómplices quienes fueron, todos ellos, ejecutados. La condesa pasó los siguientes 4 años enterrada en vida. Fue emparedada en su propio castillo, sin poder ver la luz del día, aislada completamente, con una sola rendija por la que recibía algo de comida. Moría el 21 de agosto de 1614.

Terminaba así la historia de terror de la Condesa Sangrienta a quien sus más de 650 asesinatos y torturas no le sirvieron más que para sembrar el horror. La supuesta belleza que su nodriza le había prometido de poco o nada le sirvió en su tumba...

Mujeres Jirafa


Mujeres Jirafa


Las Kayan son unas mujeres que pertenecen a la tribu Karen, situada a 40 km de Mae Hong Song (Frontera con Birmania).
Las mujeres de la tribu siguen una antigua tradición, consta de mantener su cuello lo más alargado posible, para ello utilizan unas anillas doradas que rodean su cuello hasta el punto de alargarlo a dimensiones increíbles.

No todas las mujeres de la tribu son las que consiguen ser mujer jirafa, solo las que nacen los miércoles de luna llena son consideradas las privilegiadas de ese honor, para ellas toda una honra pues son admiradas por el resto de la tribu, desde temprana edad empiezan a colocar aros en su cuello, hechos de alambre de bronce.

Los alambres se los van incorporando conforme van transcurriendo los años y así los llevaran toda su vida, ya que si se desprendieran de ellos morirían desnucadas por la flacidez de los músculos del cuello al no soportar el peso de la cabeza.

El Gobierno trató de hacer desaparecer esta costumbre, intentando cambiar la imagen de país poco desarrollado. Por ello, muchas mujeres rompieron la tradición, pero viendo que los turistas en los últimos años van buscando a las famosas mujeres de cuello de jirafa y que es un negocio rentable no han permitido que se pierda la tradición.